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Móvil: 696649020
Ubicació: Valencia , València
Idiomes: Castellà, Valencià/Català, Anglés (B2)
Descripció:
Empecé a escribir hace algunos años, enfocándome en relatos cortos. Uno de esos primeros relatos, «La cita de Laura», ganó el primer premio Expresa Relatos, y fui remunerado por ello. Así que, siguiendo el sabio consejo de mi madre (“Si te pagan por algo, haz más de eso”), escribí más relatos y coseché más premios, como el primer premio Mimosa: Homenaje a la Novela Negra con «El hombre más fuerte del mundo», y el segundo premio de Relato Negro Fíat Lux con «Gordo».
Mientras tanto, y para canalizar mi desbordante pasión por el cine, asistí a un curso sobre narrativa cinematográfica. Aunque mi interés por la escritura de guiones estaba en una fase de gestación muy prematura, aprendí valiosas lecciones. Y si bien no di a luz en ese momento ningún guion, sí parí más de una docena de relatos de corte criminal, todos publicados en la revista especializada en género negro, Calibre .38. Estos relatos policiales, escritos en clave de humor, estaban protagonizados por el detective privado Vicente Folgado y fueron bien recibidos por los lectores.
Y sí, seguí escribiendo, experimentando y tocando todos los géneros. Muchos de estos relatos se publicaron en revistas como Moon Magazine o antologías en formato libro como Amanecer Pulp («Cuatro ositos»), Disturbios de la editorial UNO («Adulterio en primer grado»), coordinada por el periodista y escritor David G. Panadero, o en los dos volúmenes de Ins-Omnium, dedicados a la ciencia ficción, a los cuales contribuí con relatos como «Amo del tiempo», «Un paso hacia el amor», «El hombre de los caramelos» y «El fin de una especie».
Entonces llegó la pandemia, y mientras unos aprendieron a hacer pan casero, yo hice algo con lo que llevaba tiempo amenazando: apartar el género corto y escribir una novela. La obra, titulada «Sobrevivo, que no es poco», seguía los pasos del detective privado Vicente Folgado a través de los bajos fondos valencianos, recibiendo palizas y lamiéndose las heridas todo el tiempo. Publicada por el sello Distrito 93, la novela recibió elogios de diversas personalidades de la cultura. El periodista Javier Cavanilles, ferviente admirador del personaje y colaborador habitual del festival VLC Negra, dedicó un artículo a esta primera entrega, alabando la construcción de los personajes, el sentido del humor y su conexión con la novela negra americana clásica.
Espoleado por estos elogios, me puse a trabajar en la secuela, «Muerdo la bala», cuya publicación estoy ultimando en este momento.
Es entonces cuando, creyéndome un genio literario, decido dar un paso más: aprender los secretos del guion cinematográfico. Así que, impulsado por mi pasión por el cine y armado con el conocimiento adquirido en aquel curso años atrás, escribí mi primer guion, provisionalmente titulado “Un dulce porvenir”, en el cual estoy trabajando activamente para llevarlo a producción.
Y mientras tanto, ¿qué hago? Pues me he sumergido con entusiasmo en la escritura de un segundo guion y planeo recopilar algunos de mis relatos en dos libros, que publicaré tan pronto como lo permitan mis proyectos cinematográficos.
Así que aquí estoy, navegando entre palabras y escenas, con el objetivo de ver mis historias en la gran pantalla. Y si algún día logro ganar un Oscar, ya sé a quién se lo voy a dedicar: a mi teclado, que ha soportado más dramas que una telenovela venezolana.